HISTORIAS QUE VUELAN A TU ALREDEDOR

viernes, 21 de abril de 2023

47. Barrer para dentro




  

Terminada la ceremonia inaugural, el párroco, con solemnidad, se dirigió a los que le rodeaban la pila bautismal, víctimas de los flases que producían la columna de teléfonos móviles, alguno de ellos, película. De atisbo, calculó por encima, el contenido de los dos canastillos de monedas y algún billete suelto de cinco. Por intuir que, tanto los de la bancada derecha, como los de la izquierda, habían cumplido su previsión, a raíz del escrutinio familiar, se inició con gozo:

—Estoy satisfecho con el nombre que habéis elegido: ¡Esperanza!, en nuestra doctrina cristiana, significa que, es una virtud teológica por la que se espera que Dios, dé los bienes que ha prometido…

—Insistí a mi hija ese nombre y además —le cortó la madrina por alusión—, para que en nuestra declaración de hacienda, marcase la casilla de la iglesia.

—Pues solo queda que hagan uso de su voluntad económica —añadió el cura muy recurrente—, los fieles, normalmente dejan un sobre con una pequeña dádiva, en la sacristía; para la inmensa obra de Dios. Que no es poca.

Levantó los brazos y miró al techo para decir algo inaudible en latín.

—Perdón, se llamará Esperanza, en memoria de mi suegra —confirmó la madre de la criatura, para evitar la sacristía y de paso, el sobre.

 

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