Aurelio estacionó la furgoneta y se acercó a su casa, al girar para entrar en la bocacalle, observó a un grupo de periodistas frente al inmueble en donde vivía. Uno de ellos, al verle llegar, se le acercó adelantando al cámara con micrófono en mano:
―¿Qué piensa hacer con tanto dinero? —Al quedar mudo, la periodista insistió―. Nos han dicho que usted compró un número de lotería en la misma administración que ha repartido el primer premio de la
―Sólo me devuelven el dinero, por la terminación ―contestó el hombre.
―Una persona muy cercana a su entorno nos ha confirmado que le vio salir esta mañana del concesionario de coches... de alta gama.
―Soy fontanero y les he reparado la cisterna del aseo.
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