La corporación municipal observaba atenta el conjunto de los diez molinos de viento en Campo de Criptana. Únicos conservados en la Sierra de los Molinos y Cerro de la Paz, de los treinta y cuatro que constaban en el catastro del Marqués de la Ensenada de 1752. La subvención económica recibida por parte de la Diputación de Ciudad Real fue para alumbrado interior y exterior.
Llegado el crepúsculo vespertino ante las autoridades y lugareños, el alcalde procedió a dar la orden de puesta en marcha de las aspas.
—¡Giran a la izquierda! —saltó el portavoz de la oposición, señalándolos como la estatua de Cristóbal Colon. En Barcelona.
—Han estado demasiados años volteando a derechas —respondió el alcalde con tesón.
—Por lógica, deben de girar a derecha, los vientos son de sureste.
—Como ahora no hay lógica y sí motores eléctricos, girarán a izquierdas, porque así lo he decidido yo, como autoridad municipal.
—No lo veo culturalmente.
—Pues yo sí políticamente.
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