miércoles, 2 de noviembre de 2022

26. Un violinista sin tejado

 

 


La mujer que atendía la administración de lotería, tras la ventanilla, colocó la última moneda de diez céntimos en el montoncito que complementaba la suma exacta de veinte euros; precio de un décimo para el sorteo de navidad. El cliente le sugirió que el número terminara en siete y, tras observarlo, lo guardó en la cartera, junto a la fotografía en que estaba junto con su familia. Caminó hasta llegar a una calle del centro comercial de la ciudad, abrió el estuche del violín y lo asió con parsimonia para tocar la melodía: “Noche de paz”. Al poco se le acercó un niño y dejó caer al maletín dos monedas. El músico lo agradeció mostrando una sonrisa forzada y continuó soñando despierto, de cuando le tenía en brazos. La mujer que debía ser la madre del zagalillo, se acercó al niño y le prendió de la mano, con sonrisa complicada se alejaron del lugar.

Él continuo con aquella melodía que sonaba a tarde de melancolía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu colaboracion