HISTORIAS QUE VUELAN A TU ALREDEDOR

lunes, 26 de septiembre de 2022

14.El fantasma del túnel




 

El niño sentía pánico ante la proximidaddel túnel, su padre insistía y trataba de convencerle de que allí nunca había existido fantasma alguno. Conocía la leyenda del ferroviario que murió por causas extrañas cuando quiso salvar la vida de una mujer embarazada. Desde que comenzaron la excursión, instó en que todo era fruto de la imaginación de los vecinos del pueblo. Cada vez estaban más cerca de aquel agujero que traspasaba la montaña por una vía férrea desmantelada. Bebió de la cantimplora sin tener sed y continuó sin perder la distancia de seguridad que le ofrecía estar junto a su padre. Dio una carrerilla y le cogió de la mano con fuerza tras soltar una ligera meada sin ganas.

—Vamos, no tengas miedo —le animó su padre.

—¿Y si aparece el fantasma? ¿Qué hacemos, papi?

—Siempre hay que ir juntos, ten en cuenta que la oscuridad nos puede crear la dificultad de situación. No hay que separarse.

Subrepticiamente el niño comprobó que portaba su tirachinas en el bolsillo trasero del pantalón y unas canicas en el delantero. 

De nuevo insistió: 

—¿Y si nos quedamos sin luz en la linterna?

—No te preocupes, en el lado derecho existen unos pasillos que dan al exterior, se hicieron para que saliera el humo del carbón de la locomotora que funcionaban a vapor. 

—¡Carbón! ¿Cómo el que me trajeron los Reyes Magos?

—Es otro diferente. Cuando entremos iremos con atención, puede venir algún ciclista a gran velocidad y nos puede atropellar.

—¿Te puedo coger aunque sea del pantalón?

—Tienes diez años, yo a tu edad ya lo había cruzado con mi padre en varias ocasiones valiéndonos tan solo de una candela. Además, los pequeños pasillos laterales reflejan luz, son cuatro y de uno al otro hay poca distancia. Se ven algunos claros sobre los muros.

—Tengo ganas de mear.

—No me extraña, ya te has bebido casi toda tu botella.

Su padre colocó la linterna en la frente, soportada por una goma que rodeaba su cabeza. El niño comenzó a engullir saliva con dificultad. Solo sentía la corriente de aire que parecía querer invadir su cuerpo. La poca luz del exterior comenzó a esfumarse y llegó la plena oscuridad.

—¡Ni se te ocurra separarte! —insistió su padre.

Samuel observó un claro de luz que provenía del lateral derecho, presumió que sería uno de los conductos que su padre le había indicado y que servían para la evacuación de los humos. Sin embargo, él insistía en que era en donde sus amigos le habían contado que aparecía el fantasma para espantarles. Atravesaron el primer pasadizo; su padre silabeaba una canción de moda, y eso a él le tranquilizaba. Todo iba bien hasta que volvieron a ver la luz del siguiente boquete. De repente, dejó de escuchar a su padre. Se detuvo para afinar el oído en la misma entrada al pequeño túnel. Al poco apareció la figura de una persona que se perfilaba con el trasluz, quedó absorto sin saber qué hacer por ser deslumbrado. Notó como algo caliente bajaba por su entrepierna, apenas se dio cuenta de que su orina llegaba a empapar la zapatilla deportiva.

—¿Eres el fantasma? —preguntó Samuel próximo al tartamudeo.

—¿Acaso tienes duda?

Permaneció quieto, sin dejar de convencerse de que aquello no era más que una alucinación, sus ojos no cesaban de buscar a su padre; aquella voz tenebrosa añadió contundencia atronando:

—¡Soy el fantasma del túnel! ¡Estoy aquí para amonestar a los niños vagos y desobedientes como tú, mal estudiante!

—Yo soy obediente…

—¡Ni de coña! Suspendiste Mate y Lengua. ¿Acaso dudas de nosotros? Sabemos todo de los niños como tú.

Muy cuidadoso el niño asió el tirachinas y lo empuñó, del bolsillo delantero sacó una canica y la colocó en el cuero, poco a poco subió su mano izquierda, con la derecha tensó la goma todo lo que podía. Apuntó al objetivo cerrando un ojo, soltó la canica que fue a impactar en el centro de la linterna que le deslumbraba.

—¡¡¡Me caguen!!! —gritó el fantasma.

—¿Papá?

—Casi me das en el ojo…

 

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si que tenia atino el nano. Meins mal perquè a eixa distància se’l carrega

Anónimo dijo...

La fantasía d un niño ..la inocencia de un niño ....quien no quisiera volver a ser niño ...

Anónimo dijo...

Lo tiene bien merecido el padre por querer engañar al niño.